LA VITAMINA C

14.10.2014 09:37

LA VITAMINA C

-          ¿Tiene usted un Plan B?

-          No, pero tengo un Plan A

-          ¿Y no sería mejor que también tuviera un Plan B?

-          ¿Para qué?

-          Por si falla el Plan A

Últimamente, los planes A suelen fallar, es como si estuvieran fabricados con el mismo material que las escopetas de feria.

Vean:

A Europa no le sale las cuentas y ahora cree que no podrá cumplir con los pronósticos de crecimiento. Su Plan A era la austeridad, pero se olvidaron de elaborar un Plan B, y ahora resulta que España es su locomotora. Permítanme que me resista a creer que España era el Plan B.

Es cierto que algunos pocos dijeron muy bajito, casi para sí, que había que elaborar planes para reactivar la economía europea, pero la mayoría pasó de ellos al considerarlos demasiado exóticos.

-          ¡Algo muy grave tiene que ocurrir para que España lidere el crecimiento europeo con una tasa de paro del 25 por ciento!

-          Diga usted que sí, que es como si el Rayo Vallecano liderara la Primera División.

-          ¿Y qué me dice de Artur Mas y de su consulta soberanista?

-          Pues que tampoco tenía un Plan B

Pero suele ocurrir que la gente recela del Plan B porque es como la negación del Plan A. Tener un Plan B es como reconocer la derrota por anticipado.

Además, el Plan A suele ser como un idilio con la imaginación mientras el Plan B viene a representar el indolente sometimiento a la razón.

Sin embargo, por alguna inesperada pirueta del azar, ambos planes pueden camuflarse con sus caras opuestas. Si es así, no se fíen, suele ser una sucia trampa de la casualidad.

-          ¿Y cuál es mejor, el Plan A o el Plan B?

-           Depende de para que los quiera.

-          ¿No será que el Plan B debería ser el Plan A y al revés?

-          Quién sabe. Yo, últimamente, me fío más de la vitamina C.     

FIN