¿QUÉ HAY DE LO MÍO?

12.01.2016 08:14

El Perplejo Espectador acaba de aterrizar en este bisiesto año con la impresión de que su hatillo todavía está rebosante de 2015, sin saber muy bien si el improvisado envoltorio dará de sí lo suficiente para capturar 2016.

Cataluña sigue empeñada en su desconexión mientras España trajina para conectarse. El resto, no importa.

El otro día, nuestro Espectador oyó decir al economista José Carlos Díez que ahora solo se habla de política, que la Economía ha quedado como suspendida en el olvido. Tenía razón, ahora todo es Cataluña y España, el resto no importa o parece como si no importara.

¿Sabes qué pasa, José Carlos?, que Cataluña y España ocupan mucho, que Cataluña y España son casi tan grandes como China y el Banco Central Europeo (comprando bonos) juntos.

Cataluña ya tiene su presidente mientras España se tantea para hallar un asidero capaz de sacarla de su momentánea ceguera ¿Momentánea?

Y el Espectador tiene miedo de que una y otra no vean, de que una, con su presidente, y otra, sin él, nunca más  vean deslumbradas por un malvado hechizo.

-         ¿Quiere usted un Estado? Yo se lo vendo barato.

-         ¿Quiere usted el poder? Yo se lo doy por muy poco.

Y alrededor del infernal rastrillo el tiempo corre sin esperanza para los que nunca soñaron con tener el poder y mucho menos un Estado. Sí, todo queda suspendido en un asfixiante olvido a la vez que unos pocos procuran repartirse el poder y otros perseveran en inventar un Estado. A estas alturas, la voz de las urnas ya hace tiempo que enmudeció.

¿Qué hay de lo mío?, se pregunta el oprimido por una vida sin futuro.

Hace mucho que se acabó la memoria, que lo aprendido  se desvanece con la misma prisa que descuenta horas el reloj.

¿Alguna vez aprendimos algo o solo hicimos como si aprendiéramos?

Da igual, ahora solo importa Cataluña y España, España y Cataluña. Una, con su presidente y la otra, sin él.

Da igual 2015 que 2016, si lo hemos olvidado todo.

Una vez le preguntaron a un condenado a muerte si prefería las lentejas con o sin arroz y el condenado contestó: ¿eso ya importa?

Cataluña y España ocupan tanto que ya no hay sitio para más, que ya nada más se ve ni se oye.

-         ¿Qué hay de lo mío?

-         ¿Eso ya importa?