¿Se acabó la crisis?

17.12.2015 10:53

Uno diría que sí, que podemos dar por concluida la crisis después de que la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed) decidiera el miércoles cerrar el largo capítulo de ‘tipos cero’ con una modesta subida del precio del dinero en 25 puntos básicos. Aún así, tratándose de Economía, nunca se sabe.

Además del mencionado incremento, los dos principales mensajes de la presidenta de la institución monetaria han aportado el punto de confianza que necesitaban los mercados financieros, alimentando nuestra sospecha de que Janet Yellen conoce bien su profesión además de estar muy bien asesorada.

En primer término, Yellen quiso subrayar su confianza en la coyuntura de la primera economía del mundo al afirmar que la recuperación de la misma no se verá interrumpida por las incertidumbres exteriores. En segundo lugar, la responsable de la Fed pronosticó gradualidad en el cambio de paso del organismo monetario. Ambos anuncios se ajustaron como un guante a lo que el mercado quería y esperaba escuchar. Por si no fuera suficiente tal demostración de cintura, Yellen sugirió que siempre es posible dar marcha atrás en el caso de que así lo reclamaran las circunstancias de la economía, con mención explícita a la tímida inflación del país.

El incremento de los tipos de interés en Estados Unidos se produce cinco meses después de que los mercados comenzaran a contemplar, como una hipótesis verosímil, el inminente cambio de timón de la política monetaria al otro lado del Atlántico (recordemos el agosto negro). Como iluminada por un mágico y muy oportuno haz de luz, Yellen esperó a tomar la decisión hasta acompasarla, con esmerada precisión, con las expectativas. Por esta razón, los mercados han recibido la noticia con absoluta normalidad, como el paciente que espera el diagnóstico médico después haber abierto anticipadamente el sobre que lo contenía.

 Sin querer polemizar entre la gestión de las políticas monetarias en Estados Unidos y en Europa, uno se pregunta por qué existe la sensación de que el Banco Central Europeo (BCE) va unos cuanto pasos por detrás de la Fed.

Tal vez ocurra que la inevitable interacción entre política y economía sea más intensa en Europa que en Estados Unidos, produciéndose una contaminación más evidente en esta parte del Atlántico.

Un servidor diría que mientras Mario Draghi debe mirar a los cuatro Puntos Cardinales antes de tomar sus decisiones, a la presidenta de la Fed le basta con mirar a la economía. Formidable ventaja del nuevo mundo frente al viejo.

Cuando Bruselas cayó en la cuenta de que era inevitable (salvo catástrofe) ampliar los plazos para regular el estricto cumplimiento de sus objetivos presupuestarios, Draghi, a duras penas, ya había salvado varias veces la integridad de la moneda única ¿Se imaginan algo parecido en Estados Unidos?

Por cosas como esta, podría decirse que el trabajo de Janet Yellen fluye con natural desenvoltura en un mundo consolidado mientras Draghi debe deshacer un sinfín de ataduras antes de ejercitar sus convicciones en un mundo en permanente estado de gestación. Quizá sea esta la mayor diferencia entre ambas políticas monetarias.