Ciudadano del mundo

18.09.2014 11:43

El Perplejo Espectador lleva pensativo una larga época, cabizbajo ante los vientos de independentismo que recorren algunas partes del planeta. Bueno, en realidad, lleva pensativo desde que tiene uso de razón.

- Usted, ¿de dónde es?

- ¿De dónde soy? Está claro que soy de este mundo. Y digo de este mundo sin estar muy seguro de que exista otro. 

A nuestro personaje no le preguntaron dónde nació, quizá porque eso no sea lo sustantivo de nuestra pequeña historia.

- ¡Ah!, ¿me está diciendo que da igual ser de Francia que de Afganistán?

- Siempre he creído que eso es casual, cuestión de unos pocos kilómetros más allá o más acá. Ahora bien, si yo no fuera de este mundo, tal vez no sería. Ahí me estoy jugando mi existencia.

El Espectador cree que nuestras vísceras están en el mismo sitio, que desempeñan la misma función. Para él, esto es lo inexorable, lo que define la mismidad del Hombre. Cree que el resto sería como su vestimenta, su contingencia, su diaria peripecia.

Nuestro personaje está convencido de que ahora, en Afganistán, el  hombre se complica la vida de una manera y en Francia se la complica de otra. No siempre fue igual e ignoramos cómo será en el futuro.

Sería curioso saber lo que habría opinado un afgano del siglo XVII sobre la Guerra de los 30 Años.

Quizá, para algunos, nuestro Perplejo Espectador es un descastado, un apátrida un perfecto insustancial. Tal vez sí, no lo sabemos, pero estamos seguros de que siente el mismo respeto por los ciudadanos del mundo como por los que aman y reivindican su terruño. 

FIN