CRECIMIENTO Y DISTRIBUCIÓN
Puesto que ya hace mucho tiempo que en nuestra vida cotidiana están muy presentes las proyecciones de crecimiento económico, quizá deberíamos recordar que, de éstas, solo unas pocas tendrán un cierto parecido con la realidad. Lo más probable es que la gran mayoría de ellas no pasen de ser un simple ejercicio apriorístico de entretenimiento más o menos intencionado.
Es verdad que los modelos de análisis a disposición de los economistas para elaborar sus previsiones son cada vez más sofisticados pero, aún así, ello no garantiza el éxito en absoluto.
Ahora que el Fondo Monetario Internacional - unas de las Instituciones supranacionales más potentes y prestigiosas - acaba de publicar sus últimas previsiones de crecimiento a escala mundial, podríamos tomar buena nota de las mismas para, en su momento, cotejarlas con los resultados futuros. A buen seguro, veríamos discrepancias y, no pequeñas, en no pocos casos. Para evitar el más abrupto descarrilamiento de las proyecciones, se ideó la actualización de las mismas, aunque tampoco garantizan un resultado exitoso.
La Economía es una ciencia humana aplicada que se basa en realidades aleatorias. Sensu lato, el dinamismo propio de la interacción social, cuestiona necesariamente la validez de cualquier pronóstico económico más allá de una perspectiva muy limitada en el tiempo.
Pero es cierto, como dirían no pocos economistas, que las proyecciones son útiles en cuanto perfilan un panorama, siquiera aproximado, de la realidad económica futura.
Pues bien, aún relativizando la validez de las proyecciones económicas en cuanto a su verdadera capacidad para anticipar escenarios, todavía nos quedaría por resolver la labor más ímproba, la que consiste en determinar el universo social que engloba las proyecciones. Este es un áspero aspecto en el que topamos con los límites de la Estadística, una vez más.
Como sucede con los modelos del análisis económico, las herramientas del análisis estadístico también se han perfeccionado mediante la aplicación de múltiples filtros. Aún así, no es seguro que dos comensales, a la hora de comerse un pollo, se lo repartan al 50 por ciento.
Cuando las proyecciones económicas delimitan cifras de crecimientos verosímiles para tal o cual país, están aportando un dato genérico - en el mejor de los casos desglosado por sectores de actividad - pero no dicen cómo será la distribución social de ese futuro crecimiento. Es decir, las proyecciones aportarán una tasa teórica de crecimiento económico pero, al carecer de análisis social y, dejando al margen consideraciones morales, difícilmente identificaremos el engranaje de trasmisión de ese crecimiento con vistas a futuras conductas económicas. Hemos construido el velero, pero nos falta por conocer la dirección del viento.
No obstante, pese a desconocer el destino social del futuro crecimiento de las proyecciones, la experiencia nos indica que la distribución del mismo suele canalizarse hacia los agentes económicos más sólidos en cualquier punto de la geografía. Es por ello que la concentración de la riqueza suele ser una constante difícilmente mutable. Ahora bien, si por efecto de una crisis económica, una guerra, una catástrofe natural u otras variables, esta situación se radicaliza en una sociedad democrática, entonces el escenario económico suele transmitirse al ámbito de la política a través de los canales electorales.
En este tipo de escenarios económicos, es frecuente que las capas sociales menos favorecidas por la distribución del crecimiento busquen en la política una salida hacia horizontes que prometan una mayor equidad.
Por esta razón no es extraño que hayamos presenciado en procesos electorales recientes, inesperados vuelcos políticos, en clara contradicción con lo que apuntaban los sondeos.
En distintos países europeos, tras una larga y penosa etapa de crisis económica y una titubeante y presuntamente desigual salida de la misma, comienza a atisbarse un cambio en las riendas políticas que ya no parece fácil revertir, pese a pronósticos económicos crecientemente favorables. A este respecto, el próximo domingo tendremos un buen indicador en Grecia.
