LA EXTRAÑA PREOCUPACIÓN DE BÁRCENAS
Pues sí señores, resulta que Luis Bárcenas dijo estar muy preocupado por las incesantes noticias relativas a la corrupción y pidió a los jueces que no descansen hasta el final de sus investigaciones.
¡Bárcenas for president!, podría ser un clamor por todos los rincones del país después de la inédita y muy noble confesión del ex tesorero del Partido Popular.
“Solo faltaría que Rajoy se preocupase por la crisis, que la ministra de Empleo perdiera el sueño por culpa del paro o que Montoro le cogiera el gusto a las rogativas para que los ciudadanos paguen menos impuestos”, dijo para sí nuestro Espectador que, al menos, sabía a quien no votar.
“¡No, las cosas como tienen que ser!”, ¡en invierno, cocido y en verano, gazpacho!”, “¡el rojo en su sitio y el facha en el suyo!”, exclamó nuestro amigo, que ya tiene su edad.
Cuando nuestro Espectador creía haberlo visto todo en la vida con los pactos entre el PSOE y el PP y entre el PP e Izquierda Unida, no podía imaginar que todavía le quedaba por ver cosas aún más extravagantes, como el acuerdo de gobierno entre Syriza y la derecha nacionalista griega.
¿Se imaginan a nuestro Espectador si un buen día el Comité del Premio Nobel de la Paz concediera tan notable galardón al ministro del Interior o si el ministro de Industria decidiera encabezar una ‘mani’ protestando contra la pobreza energética?
Sería algo así como si Cospedal presidiera una cuestación a favor de las juventudes socialistas cubanas o como si la Espe pidiera vehementemente el voto para Podemos.
“¡No, eso no!, ¡antes prefiero ver a Bárcenas repartiendo su dinero entre los parados de larga duración o a Pedro Sánchez haciéndose amigo de Susana Díaz!”, exclamó, una vez más, nuestro buen amigo, dando ya claros síntomas de fatiga por tanta sorpresa e indignación y mientras se afanaba por calentar un caldo de gallina de sobre en un viejo puchero .
“¡A este paso, cualquier día se nos corta la coleta Pablo Iglesias!”