Los jinetes del Apocalipsis

23.09.2014 10:32

Son como les tres jinetes del Apocalipsis, devastan la economía. Nos referimos al paro, a la restricción crediticia y la incertidumbre geopolítica. Mario Draghi los ha señalado como los máximos responsables de la constatada pérdida del impulso económico en la zona del euro.

Al mismo tiempo, el responsable del Banco Central Europeo (BEC) ha insistido en que si las reformas estructurales que debe adoptar Europa no se llevan a cabo o se demoran, entonces continuará la atonía.

Pero, en este punto, cabe preguntarse qué fue antes, si el huevo o la gallina.

La economía debe tener un mínimo respiro antes de afrontar unas reformas cuyos resultados no son inmediatos y, lo que es más importante, su implementación puede afectar negativamente al crecimiento hasta que los cambios introducidos sean absorbidos por el sistema.

Por tanto, una vez más, Europa se ve arrastrada a la dificultad por su propia dinámica, demasiado lenta y timorata.

Draghi - como sus antecesores en la cúpula del BCE - advierte una y otra vez sobre los perjuicios de no avanzar diligentemente en un plan convincente y sistemático de reformas. Sin embargo, el drama del día-día, exige tomar decisiones de política monetaria que no siempre van en la dirección propuesta por el supervisor europeo.

Y no lejos de está contradicción - no infrecuente en el ámbito de la Economía - está inmersa España, un país que ha tenido y tiene que afrontar un largo e intenso proceso de reformas contra la corriente del ciclo.

No es casual que el alto desempleo que padece España siga siendo el principal desequilibrio de su economía a la vez que el país contempla como las medidas adoptadas para corregir tal situación son compatibles (hasta hace bien poco) con sucesivos incrementos de la tasa de paro.

El economista puede entender los esfuerzos del gestor político por edulcorar la realidad del país de cara a un determinado horizonte electoral, pero no puede ni debe sumarse a este entusiasmo táctico.

El desempleo es ahora el mayor riesgo para anclar la frágil recuperación de la economía española, pero si no se logran avances en esta materia más allá de la devaluación interna, la recuperación podría truncarse en un espejismo.

Por tanto, la absoluta prioridad del gobierno de Rajoy debe centrase en buscar el entorno más propicio para reducir drásticamente su insoportable tasa de paro. A estas alturas parece evidente que la Reforma Laboral de 2012 no fue suficiente.