Rectificar es de sabios

10.10.2014 08:17

Probablemente la señora Lagarde (Directora Gerente del Fondo Monetario Internacional) tendrá muchas virtudes. Parece que una de ellas es la de saber rectificar, aunque no sabemos si a tiempo, por lo que deberá hacer nuevos méritos antes de disfrutar del merecido reconocimiento a su sabiduría. Sabia o no, suponemos que ella preferiría hablar de un cambio en la dirección del viento y no de rectificación. Sería banal entrar en este punto.

Tras muchos años instigando a todos sobre la necesidad de adoptar medidas de restricción económica, Lagarde ha caído en la cuenta de que, ahora, el mayor riesgo para la economía mundial es una eventual vuelta a la recesión.

Cuando Europa lleva instalada desde hace varios meses en los límites técnicos de la deflación, los gestores y los técnicos del complejo mundo de las grandes cifras comienzan a mostrar, en cascada, grave preocupación por las débiles tasas de crecimiento.

El Perplejo Espectador siempre ha creído que, si los ciudadanos comunes olfatean antes que sus gestores el tufo del conflicto, entonces habrá verdaderos motivos para la preocupación. Solo con echar un vistazo a nuestro entorno más inmediato, parece que estamos en el caso.

Respecto a la economía europea (particularmente en los países meridionales) no era difícil adivinar que, más pronto que tarde, la primera consecuencia de la abrupta y continuada política de ajustes no podía ser otra que la eclosión de un efecto dominó derivado de su estructura intraeconómica.

Ahora nos encontramos con el extraño paradigma de que la eurozona se enfrenta a un serio riesgo de recesión sin que algunos de sus estados-miembros hayan logrado superar todavía tasas negativas de crecimiento.

Así las cosas, el panorama futuro no puede ser más desolador, no tanto por los vaivenes de la coyuntura - aspecto ligado a la simple mecánica de la Economía - como por unos gestores que sistemáticamente malinterpretan las señales ligadas al ciclo.