¡Qué vienen los rojos!...

12.08.2014 10:02

De chaval oía aquello de,"¡que vienen los rojos!, esos comunistas que procedían de las rusias esteparias marchitándolo todo a su paso - como  caballo de Atila - no respetando ni a niños, ni mujeres ni ancianos.

Unos años después, cuando ya hubo embajada de la Unión Soviética en España, allá por 1977, aquellos rojos desalmados, ya eran menos rojos y menos desalmados.

Un poco más tarde, con el señor de la mancha en la frente - ¡sí hombre, el señor Gorbachov! - y su inseparable amigo - ¿recuerdan aquel ministro de exteriores llamado Shevardnadze? – aquellos rojos habían perdido una gran parte de su siniestra pigmentación y ya eran muy parecidos a nosotros, los buenos.

Después de eso, pasaran unos cuantos años de ni chicha ni limoná, hasta que un poco más tarde aquellos rojos descoloridos sucumbieron de nuevo a la maléfica fuerza del diablo, esta vez inspirados por la tentación ucraniana. Nosotros, los buenos, sentimos la piadosa necesidad de exorcizarlos para expulsar al demonio de sus cuerpos. Estos rojos ya no comerán más nísperos ni melocotones a fin de que Satanás salga velozmente de sus cuerpos, ahora yermos de los deliciosos nutrientes de otrora. Mientras, ellos, los malos, se ríen de nosotros, igual que aquella muchacha del “Exorcista” que maléficamente se reía del padre Karras. ¡Que miedo me daba!

Ahora los poseídos nos quieren castigar porque ellos creen que los endemoniados somos nosotros. Y, al final, uno no tiene muy claro quien castiga más a quién y quién es el bueno y quién el malo. Quizá las bolsas nos puedan sacar de dudas.

FIN