¿UN ESPEJISMO?

12.01.2014 09:16

 

Dicen que el desierto, en determinadas condiciones, puede generar imágenes irreales, un fenómeno conocido como espejismo. En realidad se trata de una ilusión óptica provocada por un cierto tipo de delirio. ¿Podría pasar algo semejante con la recuperación económica en España?

¿De qué serviría crecer un 0,3 por ciento si el ciudadano no lo percibe?

Ya ve usted, unos se esfuerzan en ilusionar mientras otros se afanan en todo lo contrario.

Sin embargo, el Perplejo Espectador no querría ejercer de cenizo, siempre ha huido de ese papel secundario y ramplón. Nuestro personaje coge la lupa, examina minuciosamente el pergamino y no puede abandonar un cierto aire de escepticismo.

Es razonable – se dice nuestro Espectador – que el Gobierno cumpla con su obligación de tratar de generar confianza pese a que la realidad no sea menos perseverante en sembrar de dudas el panorama económico del país.

Pero, ¿por qué el Gobierno se resistía a dar alas a la confianza hace un par de años cuando, muy al contrario, parecía empeñado en describir un escenario económico desolador?

¿No tendrá algo que ver esto con las urnas en la medida que se va achicando el horizonte electoral?

- Política, mí querido amigo, política.

- Debe ser eso.

No obstante, las urgencias de los ciudadanos siguen ahí, ajenas a las milimétricamente calculadas estrategias políticas.

- ¡No me diga que el gobierno se preocupa más por las urnas que por el paro!

- ¿Usted qué cree?

Con todo, no acaba ahí el drama del ciudadano. El drama, el auténtico drama es que todos los gobiernos del mundo siempre miran más a las urnas que a los ciudadanos, pero ocurre que cuando esta fatal realidad tiene que convivir con una crisis, la que sea, la realidad subraya más el desdén de los gobiernos por el nivel vital de sus ciudadanos.

No nos engañemos, la recuperación económica llegará cuando llegue al bolsillo del ciudadano, cuando ese 25 por ciento de los lunes al sol tenga trabajo, cuando la hipoteca deje ser la mayor preocupación de un montón de familias, algunas de las cuales siguen presentando sus credenciales en los comedores de auxilio social.

- ¿Ya está usted con su discurso lacrimoso?

- Puede ser, pero yo no podría conciliar el sueño si tuviera alguna responsabilidad en eso.

- Peor para usted.