Tema: Mis libros favoritos

Don Quijote de la Mancha - Miguel de Cervantes Saavedra

Manuel María Ruiz 24.01.2015
He aquí mi libro favorito.
De niño, después de leer por vez primera las peripecias de Alonso Quijano - no en las aborrecibles aulas de los no menos aborrecibles colegios españoles de los años sesenta - tuve la impresión de que en mi corta vida de entonces habría un antes y un después. Así fue, la lectura de Don Quijote de la Mancha absorbió de tal manera mi seso infantil que me había convertido en ese loco-cuerdo, cuyas historias devoraba vehementemente en un grueso libro de legado familiar.

Hoy, transcurridos unos 50 años de ese primer encuentro con Don Quijote, mi vida continúa empeñada en desfacer tantos entuertos como en dar vida a otros tantos más.
Después de varias lecturas de la inmortal novela caballeresca hasta completar más de una docena, llegué a la muy firme certeza de que Alonso Quijano no estaba loco. Todo lo contrario, era tan cabal que se vio obligado a enmascarar su cordura con destellos de locura a fin de proteger su prodigioso ingenio y hasta sus huesos de la tosca sociedad en la que le tocó vivir. Sí, bien digo, vivir.
Si las primeras lecturas de don Quijote daban rienda suelta a mis carcajadas alimentadas por las disparatadas aventuras de nuestro hidalgo caballero, en cada una de las lecturas posteriores, las risas iban menguando en número e intensidad hasta transformase en largos silencios y pausadas reflexiones. Nada tiene de gracioso Don Quijote de la Mancha.

Cervantes disfrazó, con prodigiosa maestría, la descarnada descripción de sus relatos en forma de prosa ágil y graciosa, como correspondía a un fino y lúcido cronista que discretamente quería contar la barbarie de un tiempo tan rudo y descomunal como una buena parte de las aventuras y personajes que se cruzaron en su tenebrosa travesía.

A él le debo un poco de lo bueno que tengo - si es que lo tengo - una deuda que jamás podré saldar ni con palabras ni con devociones.

Solo me queda preguntarle a Miguel de Unamuno a quién debería pagar mi abultado débito, si a Miguel de Cervantes o a Don Quijote de la Mancha. Esta duda, siempre será como el gran secreto que debo descubrir antes de que se apaguen la luces de mi vida.
Muchas gracias.., don Miguel.

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