La desaceleración responde a la subida del precio del petróleo, al debilitamiento del comercio internacional, al ajuste presupuestario y a la progresiva normalización de la política monetaria desde mediados de 2017

15.12.2016 21:43

Funcas ha revisado al alza la estimación de crecimiento del PIB en 2016 hasta el 3,3%, dos décimas más que en la anterior previsión, como consecuencia de la mayor aportación del sector exterior, que ha permitido contrarrestar la desaceleración de la demanda interna. Así, la economía española, cuya ralentización está siendo más suave de lo esperado, crecerá prácticamente el doble que la zona euro por segundo año consecutivo.

Los pilares de la recuperación se mantienen. Las empresas se encuentran en mejores condiciones financieras y de competitividad, lo que les permite aprovechar las oportunidades de inversión y exportación. Las familias disponen de una creciente capacidad para consumir y comprar vivienda gracias a los ingresos provenientes del trabajo y al desendeudamiento que se ha producido en los últimos seis años. Y el sector bancario está en condiciones de alimentar el crecimiento con nuevos créditos.

Pese a todo, el próximo año se producirá una desaceleración del crecimiento hasta el 2,4%, una décima más que en la anterior previsión y un punto porcentual por encima de la zona euro. En primer lugar, el entorno externo es más incierto y existen riesgos para las exportaciones en función de las decisiones de política comercial que adopte el Gobierno de Donald Trump. Por otra parte, se prevé que el petróleo siga encareciéndose tras el acuerdo alcanzado por los países de la OPEP. El resultado es un repunte de la inflación y una reducción del poder adquisitivo de los consumidores. Todo ello sin olvidar la progresiva normalización de la política monetaria a partir de mediados de 2017.

En segundo lugar, la política presupuestaria será moderadamente restrictiva, con el fin de cumplir los objetivos de déficit público. Las previsiones de Funcas, que tienen en cuenta las medidas anunciadas de endurecimiento del impuesto de sociedades y de aumento de impuestos especiales, contemplan un incremento de la recaudación en proporción al PIB.

La desaceleración vendrá de la demanda interna, en especial del consumo privado, aunque también el consumo público y la inversión en bienes de equipo crecerán menos que en 2016.

El menor crecimiento de la economía afectará al mercado laboral. El empleo se incrementaría un 2% en 2017, frente al 2,9% estimado para este año, y la tasa de paro seguiría a la baja, aunque a menor ritmo, hasta el 18,1% de media anual.

Por último, el déficit de las administraciones públicas cumplirá este año el objetivo fijado con Europa. Sin embargo, en ausencia de nuevas medidas y a la espera de la adopción de los Presupuestos Generales del Estado, para 2017 se prevé una desviación de dos décimas, 3,3% frente al objetivo del 3,1%.