¿UNA ESTRATEGIA DE PÁNICO ELECTORAL?

02.03.2015 10:13

Cuando, por alguna inexcusable distracción, oímos al presidente del Gobierno dar lecciones de buena conducta, sin que podamos evitarlo se nos suben los colores. No sabemos muy bien si por un sentimiento de pudor o de vergüenza ajena.

¿Puede Mariano Rajoy ejercer de púlpito doctrinario?, ¿puede profesar de buen pastor el maestro del ilusionismo político?

Algo más de tres años de mandato rajoniano no parece una buena credencial como para confiar las llaves del templo de la moralidad al presidente del Gobierno.

No contento con metamorfosear la faz de su propio país hasta hacerlo irreconocible, ahora hemos sabido que el Gobierno español ha usado la artillería pesada contra Grecia en el reciente proceso negociador entre la Unión Europea y el país heleno. Ni siquiera oscuros fines de política doméstica, con tufillo electoral, justificaría tal deslealtad. Seguramente, el mismísimo Maquiavelo no hubiera imaginado semejante pirueta táctica.

Y aunque sabemos que en materia de parné no es frecuente el despliegue de los gestos solidarios, tampoco estaría de más proteger la política gubernamental de estrategias demasiado trasparentes o predecibles.

Desde que Podemos saltó al escenario político, uno se pregunta si el nuevo gigantes no estará engordando electoralmente gracias, sobre todo, al indisimulado temor de sus principales adversarios.

Tal vez no haya para tanto.