Mala calidad del empleo y pobreza

03.08.2014 10:25

Para la versatilidad expresiva de nuestro tiempo, empeñado en etiquetar todo lo que se mueve y también lo que no se mueve, casi nada escapa a la definición.

En el caso que nos ocupa hoy, tal vez encontremos una aplicación útil a esta manía de encasillarlo todo. Ha nacido una nueva definición del paria: trabajador pobre.

Buena nota debería tomar el Gobierno de España de este novedoso concepto, con particular atención su ministra de Empleo, Fátima Báñez. ¡Por cierto!, supongo que la canciller alemana, Angela Merkel, ya tomó nota cuando comenzó a trascender eso que ahora conocemos como mini job.

No contentos con que los parados sean un clásico de los colectivos en riesgo de pobreza, ahora también pueden formar parte de ese nutrido grupo los que sí laboran.

Y sin embargo, el Gobierno dice que la economía española va sobre ruedas. También dice que, junto con Alemania, España forma parte del selecto club de países que más crecen. Uno llega a pensar con honda preocupación que la tasa de crecimiento de un país es directamente proporcional a su número de trabajadores pobres.

En fin, tal vez ocurra que ignorar la realidad nos hace más felices. Eso debe ser.., el Gobierno lo sabe y por eso nos oculta las cosas feas. Gracias Gobierno.

Mi padre me decía cuando me daba 13 pesetas (0,078 euros) de paga semanal: “Manolito, esto es para que vayas ahorrando, que no es oro todo lo que reluce”.

Ve usted señora ministra, como no es oro todo lo que reluce. A veces, ni siquiera brilla el platino.

Pero para ser justo, señora ministra, debo felicitarla porque usted reconoció hace pocos días que existe empleo malo (¿quién se lo ha chivado?). Dijo que a partir de ahora - que España ya genera empleo neto - su departamento se esforzará para mejorar la calidad del curro. Bueno es reconocer que existe trabajo para pobres. Por algo se empieza, señora ministra.